La Organización Mundial de la Salud define el golpe de calor como un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. El golpe de calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40°C o más, que es cuando el sistema de regulación térmica empieza a fallar.
El golpe de calor requiere tratamiento de urgencia ya que si no lo tratamos puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.
Causas.
El golpe de calor puede ocurrir como resultado de:
- Exposición a un ambiente caluroso. El tipo de insolación denominado «insolación sin realizar esfuerzo» (clásico) se produce al estar en un ambiente caluroso que provoca un aumento de la temperatura corporal central. A menudo, este tipo de insolación ocurre después de haber estado expuesto a un clima húmedo y caluroso, en especial, durante períodos prolongados. Ocurre con mayor frecuencia en adultos mayores y en personas que padecen enfermedades crónicas.
- Actividad extenuante. La insolación por esfuerzo ocurre por el aumento en la temperatura corporal central que provoca realizar actividad física intensa en un clima caluroso. Cualquier persona que se ejercite o que haga actividades en un clima caluroso puede sufrir un golpe de calor por esfuerzo, pero es más probable que ocurra si no estás acostumbrado a las temperaturas altas.
En cualquiera de los dos tipos de golpe de calor, la afección puede aparecer por los siguientes motivos:
- Usar demasiada ropa, lo que evita que el sudor se evapore fácilmente y enfríe el cuerpo.
- Beber alcohol, lo que puede afectar la capacidad del organismo de regular la temperatura.
- Deshidratarse al no beber suficiente agua para recuperar los líquidos que se pierden al sudar.
Síntomas.
Los signos y síntomas del golpe de calor incluyen:
- Temperatura corporal alta. Una temperatura corporal central de 40º C o más, obtenida con un termómetro rectal, es el principal signo de insolación.
- Alteración del estado mental o del comportamiento. La insolación puede provocar confusión, agitación, dificultad para hablar, irritabilidad, delirio, convulsiones y coma.
- Alteración en la sudoración. En caso de insolación provocada por el clima cálido, su piel se sentirá caliente y seca al tacto. Sin embargo, en caso de insolación provocada por un ejercicio extenuante, la piel puede sentirse seca o ligeramente húmeda.
- Náuseas y vómitos. Es posible que sienta malestar estomacal o vómito.
- Piel enrojecida. Su piel puede enrojecerse a medida que aumenta la temperatura de su cuerpo.
- Respiración rápida. Su respiración puede volverse rápida y superficial.
- Ritmo cardíaco acelerado. Su pulso puede aumentar significativamente porque el estrés por calor supone una carga tremenda para su corazón para ayudar a enfriar su cuerpo.
- Dolor de cabeza. Es posible que le duela la cabeza.
Factores de riesgo.
Cualquiera puede sufrir un golpe de calor, pero hay varios factores que aumentan el riesgo:
- Edad. Tu capacidad para afrontar el calor extremo depende de la fortaleza de tu sistema nervioso central. En los niños, el sistema nervioso central no está plenamente desarrollado y, en los adultos mayores de 65 años, comienza a deteriorarse, lo que hace que el organismo sea menos capaz de afrontar los cambios de la temperatura corporal. Estos dos grupos etarios suelen tener dificultades para mantenerse hidratados, lo que también aumenta el riesgo.
- Esfuerzo en un clima caluroso. El entrenamiento militar y la práctica de deportes, como jugar al fútbol o correr maratones de larga distancia, en un clima caluroso son algunas de las situaciones en las que se puede sufrir un golpe de calor.
- Exposición repentina al clima caluroso. Es posible que seas más propenso a las enfermedades relacionadas con el calor si te expones a un aumento de temperatura repentino, por ejemplo, una ola de calor al principio del verano o un viaje a una región con temperaturas más altas.
Limita tus actividades durante varios días para permitir que tu organismo se acostumbre al cambio. Sin embargo, todavía puedes correr un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor hasta que hayas pasado varias semanas expuesto a temperaturas más altas.
- Falta de aire acondicionado. Durante los períodos de temperatura alta sostenida, los ventiladores pueden darte algo de alivio, pero el aire acondicionado es el sistema más eficaz para bajar la temperatura y reducir la humedad.
- Ciertos medicamentos. Algunos medicamentos afectan la capacidad del organismo de mantenerse hidratado y responder al calor. En el clima caluroso, ten especial cuidado con los medicamentos que estrechan los vasos sanguíneos (vasoconstrictores), regulan la presión arterial al bloquear la adrenalina (betabloqueantes), hacen que el cuerpo elimine sodio y agua (diuréticos) o disminuyen los síntomas psiquiátricos (antidepresivos o antipsicóticos).
Los estimulantes para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y los estimulantes ilegales, como las anfetaminas y la cocaína, también pueden hacer que seas más vulnerable a un golpe de calor.
- Algunas enfermedades. Algunas enfermedades crónicas, como las cardíacas o las pulmonares, podrían aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Lo mismo puede decirse de la obesidad, el sedentarismo y los antecedentes de haber padecido un golpe de calor.
Complicaciones.
Según el tiempo que dure la temperatura corporal alta, el golpe de calor puede producir una serie de complicaciones. Las complicaciones graves comprenden las siguientes:
- Daño a órganos vitales. Sin una respuesta rápida para bajar la temperatura, el golpe de calor puede provocar que el cerebro u otros órganos vitales se hinchen, lo que podría causar un daño permanente.
- Muerte. Sin tratamiento rápido y adecuado, el golpe de calor puede ser mortal.
Las precauciones que debemos tener con el calor en verano, tanto para jóvenes como para adultos mayores, junto con las razones para cada consejo:
1. Hidratación adecuada: Beber suficiente agua para prevenir la deshidratación, que puede provocar mareos y agotamiento.
2. Evitar la exposición directa al sol: Proteger la piel de quemaduras solares, que pueden causar daño a largo plazo.
3. Usar protector solar: Aplicar un bloqueador solar para reducir el riesgo de cáncer de piel.
4. Vestir ropa ligera y de colores claros: La ropa adecuada ayuda a mantener la temperatura corporal y reduce el riesgo de sobrecalentamiento.
5. Evitar actividades físicas intensas en las horas más calurosas: Disminuir la actividad física en el calor extremo reduce el riesgo de golpes de calor.
6. Tomar descansos frecuentes: Permitir que el cuerpo se recupere y evite el agotamiento.
7. Buscar sombra o ambientes frescos: Mantenerse en un lugar fresco ayuda a regular la temperatura corporal.
8. Utilizar ventiladores o aire acondicionado: Ayuda a mantener un ambiente fresco, especialmente en días de calor extremo.
9. Evitar bebidas alcohólicas y cafeína: Estas pueden deshidratar el cuerpo y aumentar el riesgo de golpes de calor.
10. Comer comidas ligeras: Las comidas pesadas pueden aumentar la sensación de calor; optar por frutas y verduras.
11. Mantenerse informado sobre el clima: Conocer las alertas de calor puede ayudar a planificar actividades y protegerse mejor.
12. Usar gafas de sol y sombreros: Proteger los ojos y la cabeza del sol directo puede prevenir daños o golpes de calor.
13. Evitar cambios bruscos de temperatura: No entrar rápidamente de un ambiente caluroso a uno frío puede prevenir shocks térmicos.
14. Conocer los signos de agotamiento por calor: Identificar síntomas como mareos o fatiga para actuar a tiempo.
15. Estar atento a personas vulnerables: Los jóvenes y ancianos pueden necesitar supervisión adicional durante el calor.
16. Mantenerse en contacto con otros: Comunicarte con amigos y familiares puede ayudar a identificar si alguien se siente mal.
17. Realizar actividades en la mañana o al atardecer: Evitar el sol fuerte en horas pico.
18. Ajustar la actividad física a las condiciones: Escuchar al cuerpo y reducir la intensidad si es necesario.
19. Asegurar un buen descanso: Dormir bien permite al cuerpo recuperarse del calor.
20. Familiarizarse con los recursos locales: Saber dónde ir si se necesita refugio del calor puede ser crucial en emergencias.
Cuándo consultar al médico?
Si una persona puede estar sufriendo un golpe de calor, buscar ayuda médica de inmediato o llamar a los servicios de emergencia.
Tomar medidas de inmediato para enfriar a la persona afectada mientras espera el tratamiento de emergencia.
- Lleva a la persona a la sombra o a un ambiente cerrado.
- Quítale el exceso de ropa.
- Enfría a la persona con cualquier medio disponible: colócala en una bañera con agua fría o en una ducha fresca, rocíala con una manguera de jardín, pásale una esponja con agua fresca, abanícala mientras la rocías con agua fresca, o colócale compresas de hielo o toallas húmedas y frías sobre la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle.
Estos consejos son fundamentales para prevenir problemas de salud relacionados con el calor, asegurando así que tanto jóvenes como adultos mayores disfruten del verano de manera segura.